CAMINAR EN LA NADA.
Caminar en la nada, es un vacio total, es un limbo en donde mi amado oscuridad no tiene significado alguno. El frio o el calor carecen de importancia, la esencia de otro ser vivo resulta irrelevante, inconsistente, quizas nula. La posibilidad de morir es tan casual como el brillo de una moneda abandonada en la acera, muchos pueden pasar sin verla y otros se dejan atraer por el engañoso reflejo de la suerte o la liberación.
Caminar en la nada, es un espacio vacío en el interminable desfile de almas cenizas que caminan hacia un destino incierto, lugar de continua frialdad y monótono gris, el río de formas humanas se mueve acompañado por su apagado murmullo. Busco algo o alguien que se mueva con un poco menos de letargo que el resto de la multitud. Mis ojos apagados y desesperanzados le miran de lejos, èl se abre paso y busca en vano una salida, mientras que nuestras miradas se encuentran y por un instante distraigo su atención y detiene su frenética tarea, misterioso caballero de escarlata y negro. Retorna a su actividad, y en un abrir y cerrar de ojos lo pierdo, pero ha dejado un mensaje en mi camino, algo que su mente ha construido para mí, de las estériles piedras surge un pequeño manantial de agua fresca y cristalina, a su lado una rosa palida rompe la monotonía del ambiente, me deleita su color y mi corazón cruje al ver un pie gris polvoriento que la aplasta bajo su peso, la flor es fuerte y se mantiene en pie aunque sea pisoteada una y otra vez por los monstruos de ceniza.
- ¿Es que solo yo veo su belleza?,
- ¿nadie más siente ternura ante tal muestra de amor?.
Mi cuerpo la cubre como un escudo, los pies pisan descuidadamente mis manos y golpean mi cabeza. No puedo quedarme a protegerle, mi viaje debe continuar. Con cuidado entierro mis manos en el árido terreno, y la llevo conmigo, cargo tanta agua como pueda para que no muera en el camino. Es una parte del misterioso caballero, encontrarle es el reto, regresarle con creces el suspiro de alegría que ha otorgado brevemente a mi existencia.
El destino actua y lo pone frente a mí de nuevo; veo sus ojos negros brillar con la humedad de una lágrima que se niega a salir. Ahora la rosa palida esta entre nosotros, es un símbolo, un propósito común, el propósito de buscar la luz en la oscuridad, el color y frescor entre la esterilidad de una tierra muerta. Caminamos juntos sin palabras, compartimos la sonrisa y es lo que nos da fuerza para seguir adelante, disfruto su alegría, su amor y compañía y el de mi mi energia y las ganas de cambiar al mundo y ser mejor cada dia.
Despierto del ensueño porque mi caballero escarlata y negro me ha repuesto del vacío, y el se ha convertido en claridad ante mis ojos, ya no es oscuidad, vuelvo a sentir y la noche se revela tan hermosa como siempre lo ha sido. Mi hogar, al que puedo regresar sin reproches, donde me espera con fría paciencia mi amado rey de la noche, mi amigo, mi amante, mi sol oculto y a su lado la estrella que sin palabras me acompaña en el dolor, mi confidente de penas y pesares, la más bella, mi hermana la pequeña Sirio…¿Quien puede resistir el limpio fulgor que explota en el manto negro y rasga las tinieblas en ese pequeño pero insondable punto en la bóveda nocturna.
Vuelvo a ser yo "Vega", y me duermo entre los brazos de mi caballero, que me llenan de claridad, que me invitan a volar en sueños y recorrer una a una las pleyades del firmamento.
vuelvo a ser yo, y me duermo repitiendo en mi mente mi nombre, reafirmandome ante mi caballero...
Vega, soy Vega y el es mi alfa y omega.
Caminar sin descanso con la mirada fija en mi caballero.
Hasta que el destino así lo quiera...